•Libro 58•
🏝La Princesa Primavera🏝 de César Aira
La Princesa Primavera tiene su castillo en una isla cerca de Panama, allí vive con los sirvientes y la ama de llaves, para solventar su vida en la isla (y pagar los sueldos) trabaja como traductora de las novelas más vendidas y comercializadas. La princesa contaba con una rutina metódica y estructurada para poder cumplir con todos sus deadlines hasta que un día la paz y la armonia de la isla se ve quebrantada por la invasión de un ejército dirigido por el General Invierno y su secuaz, Arbolito de Navidad.
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La novela se plantea como un cuento de hadas donde habita lo fantástico y fuera de lo común, como un arbolito de navidad parlante y con vida
propia, o la idea de que las estaciones se pelean por el territorio y son enemigos mortales. Se trata de un texto irreverente, absurdo, que se ve atravesado por un mini ensayo sobre la industria editorial explotadora y de baja calidad, el trabajo del traductor y la literatura pasatista. A su vez, los personajes secundarios viven sus propias aventuras, se enamoran en contextos insólitos y como si estuviera sacado de El Quijote de Cervantes se instala la locura, la confusión, y el amor cortes e idealizado reflejado en su propia Dulcinea de Tolosa que conoceremos como Wanda Toscanini.
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Dice Ricardo Stradacce sobre esta novela: «En las novelas de Aira nos encontramos con el dichoso instante del había una vez que nos devuelve a la infancia, el origen de todos los relatos. Había una vez: algo que nos va a ser contado y será algo extraordinario, estamos en ascuas, a un paso de la felicidad de escuchar una nueva historia».
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El relato atrapa al lector, se muestra bizarra y cómica y cuenta con una originalidad notable. Aira da cátedra de cómo debe llevarse a cabo la narración de una historia, el manejo de la tensión, la descripción y presentación de los personajes y hace un trabajo impecable para colocarnos enfrente de lo que sucede, en lo que pasa, vemos todo, hasta los detalles mínimos. Presenta un escenario inimaginable e igualmente nos es ameno y hasta cotidiano y permite que hagamos la historia propia, que nos inmiscuyamos en esa isla mínima que el mundo parece ignorar, que aparezcamos en la orilla como náufragos y nos pongamos a explorar cómo lo han hecho los personajes de la historia.